miércoles, 10 de junio de 2015

El Libro

Reseña

La señora Pinkerton es una mujer vieja que tiene una hija llamada Ema y su nieta Alice.

Era miércoles y Ema estaba en la casa de su madre,pero al parecer su madre estaba enloqueciendo  pues ella asegura que una bruja vive al lado de su casa.

Ema no sabía que decir al respecto, así que dejo que su madre le platicara porque aseguraba que la vecina era una bruja.

La señora Pinkerton le contó a su hija una historia ocurrida hace más de 50 años cuando conocieron ella y su tía en el hotel Dorset a Lucy Grey y a la señorita Larden (la bruja).


                                                                    Guión
La señora Pinkerton ha desaparecido
Capítulo 1
Señora Pinkerton:-¡Es una bruja!
Narrador:-La Señora Pinkerton susurro esas palabras al oído de de su hija. Su hija Ema su única hija nunca la había visto tan alterada. La Señora Pinkerton era conocida por su arrogancia y su pésimo carácter. Sin embargo  Ema notaba que en esta ocasión algo más estaba sucediendo.
Señora Pinkerton:-Una bruja verdadera. ¡Y vive al lado de mi casa! ¿No vas a hacer nada?
Narrador:-      Oírla decir que la señorita Larden, la mujer que se había mudado a la casa de al lado era una bruja verdadera, la dejaba sin palabras. Por qué su madre decía “verdadera”? Su madre podía ser orgullosa, intolerante, desconfiada, pero siempre había sido una mujer repleta de sentido común.
¿Acaso su madre estaba perdiendo la razón?
Ella continúo:
Entonces Emma por primera vez vio el miedo en los ojos de su madre.
Capítulo 2
Emma: ¿Quién es esa mujer? ¿Te ha hecho algo?
Narrador: Emma había visto a la señorita Larden una sola vez, hacia una semana, en la vereda, por casualidad. Ella solía de su casa con un maletín cuando ella descendía de su auto la recordaba perfectamente. Le pareció elegante, sofisticada y muy atractiva un tipo de mujer importante. De las podían salir en las portadas de las revistas. ¡Por que su madre decías que esa mujer era una bruja?
La Señora Pinkerton: -¿Y sabes lo que me digo? ¡Que íbamos hacer muy buenas amigas!
-Tienes que sacarme de aquí Emma te lo suplico Emma saca me de aquí.
Emma: Madre me estas preocupando.
Pero la Señora Pinkerton no la dejo terminar
La Señora Pinkerton: - shh... – Escuchas.
Narrador: El silencio era total.
La Señora Pinkerton: Esta ahí puedo oírla
Narrador: -Desde su juventud La Señora Pinkerton  se había de dedicado a  pintar paisajes Ingleses. Se sentía orgullosa  de sus pinturas, que se lucían en todas las habitaciones.
La Señora Pinkerton:- ¡La escuchas!
Emma:- Madre me gustaría que te tranquilizaras y…
La Señora Pinkerton:-Cállate…
Emma guardo silencio. Entonces escucho. Era un sonido raro y apagado, que no supo situar. Podía ser cualquier cosa.
La Señora Pinkerton:-La oyes .Está tramando algo. Lo sé. Se está preparando para hacerme desaparecer. ¡Haz algo! ¡Haz algo!
Emma perdió la paciencia.
Emma: -¡Basta! Ahora te tranquilizaras te preparare té  y me contaras exactamente que paso con esa mujer.
Capítulo 3
Narrador:- Después de tomar el té La Señora Pinkerton se había recompuesto y parecía la misma de siempre.
La Señora Pinkerton:-Tuve que ir yo por que la inepta de Mary había olvidado comprar las pastillas para mis jaquecas esa muchacha no puede continuar a mi servicio.
Narrador:- “Otra vez” pensó Emma las asistentes de su madre nunca duraban unos pocos meses.
La Señora Pinkerton:- Vi a una mujer que intenta abrir la puerta  de la casa de al lado sabía que casa tenía una nueva dueña debía ser ella nuestras mirada se cruzaron y tú sabes que no me gusta alternar con los vecinos  pero era inevitable saludarla.
-“Buenas tardes”
Entonces ella se voltio para quedar frente a mí.
-“Hola querida”
Me la quede mirándola.
Sus ojos…había algo en su rostro algo familiar y extraño al mismo tiempo yo había visto a esa mujer alguna vez estaba segura y esa idea fue más poderosa cuando escuche su nombre.
-“Soy la señorita Larden”…
La Señora Pinkerton: -Larden… Larden…Comenzó a darme vueltas en mi cabeza ojalá  la hubiese recordado en es momento hubiese salido corriendo de allí. No se cómo explicar lo que paso después no sé qué me hico al fina al rato estábamos tomando el té en su casa como dos viejas confidentes.
-¿Lo imaginas yo?
Emma: No
La Señora Pinkerton:- No verdad fue como se hubiese adueñado de mi voluntad.
Narrador: En ese momento las cortinas de la sala se sacudieron levemente  ante una ráfaga de viento.
-Emma cierra la puerta
Emma:- sí, madre.
Narrador: La Señora Pinkerton: aguardo a que su hija se sentaran de nuevo para continuar.
Hablamos… bueno en realidad yo hable todo el tiempo me hiso sentir tan cómoda me resultaba una mujer encantadora le conté de ti y que eras profesora de la universidad de  la pasión por la pintura y de mi “peludo hermoso”
Narrador:-Emma adiaba cuando le decía perra mi peludo hermoso.
La Señora Pinkerton: Ella solo dijo que había vivido en América y que nunca se había casado que raro pensé esa mujer tan hermosa, tan bella y tan agradable no había no había faltado propuestas de matrimonio. Mientras tanto yo trataba de recostar donde la había visto ¿Cuándo y dónde? Y estaba apunto e decírselo pero no fue necesario. La señorita Larden extendió una mano hacia una caja de bronce que se hallaba en la mesa y me pregunto:
La señorita Larden: -“¿Le moleste que fume?”
La Señora Pinkerton: -Tú sabes que detesto ese habito, me parece nauseabundo, y también detesto a los fumadores, pero respondí con la mejor de mis sonrisas:
            “Fume todo lo que quiera! No me molesta en absoluto!”
Entonces ella abrió la caja, saco un cigarrillo , y después, no vi de
dónde, apareció la boquilla. Era una larga boquilla de plata, completamente grabada, finísima. Vi la forma en que la tomaba, sus manos, ese movimiento….
              “Y de pronto record{ e todo . ¡Era ella! ¡Era la mujer del hotel!
                “Me puse de pie de un salto y empecé a retroceder alejándome de ella , como si fuera una planta venenosa.
                 “- No… nada…nada, yo… debo irme.  ¡Mi hijo debe estar por llegar en cualquier momento!

              “Traté de alcanzar la puerta lo más rápido que pude. Entonces escuché su voz detrás de mí, que me decía:
               “-¿Sabe , señora Pinkerton? Usted y yo vamos a ser muy buenas amigas.
              Ema: - vio cómo el rostro de su madre se deformaba por el llanto:
              -¡Dios mío! ¡Qué será de mi….!
A esta altura, Ema estaba francamente alarmada ya no tenía dudas de la salud de su madre se hallaba afectada. Y por lo visto, de esta manera bastante seria. ¿Qué era todo esto?, ¿Qué tenía de amenazante el encuentro con la señorita Larden para que su madre se pusiera así?
-          No entiendo que es tan terrible que quisiera ser tu amiga….
-          Porque esta es la forma de marcar a sus víctimas. ¡Esa bruja me ha marcado! ¡No me queda mucho tiempo!.¡Debes creerme Ema!
Ema dio un respingo al escuchar esas palabras:
-          Pero madre, por favor, sigo sin entender.
-          Claro que no lo entiendes…. Tu no sabes lo que sucedió en aquel hotel ese verano.
-          ¿Aquel verano?
-          Si, cuando la conocí. El verano en que hizo desaparecer a Lucy Grey.
Capitulo 4
   Sucedió hace mucho tiempo… hacia poco me había casado con tu padre tu aun no habías nacido. Ese verano decidimos ir a Dorset, a un hotel frente al mar…. un trueno interrumpió a la señora Pinkerton resonó en toda la sala. Y comenzaron a escucharse las primeras gotas de lluvia  golpeando las puertas.
-Elegimos ese hotel porque tenía unas vistas maravillosas y yo estaba decidida a pintar mi atardecer en Dorset. ¿Recuerdas ese cuadro? El que está en mi habitación….
      Ema conocía de memoria los cuadros de su madre. Tenía su amanecer en Devon, su melodía en Canterbury, su nieve sobre black pool, asi veinticuatro países de distintos lugares de Inglaterra. Todo hechos a partir de fotografías que ella misma tomaba y después titulaba con el nombre del lugar  y la situación del día. 

      Ella continuo:
     También nos gusto ese hotel  porque era el único que tenía canchas de tenis y en aquella época a tu padre lo apasionaba jugar ese estúpido juego. Estas ocasiones yo aprovechaba para dar mis paseos por la playa y tomar fotografías. Una de esas tarde conocí a la Señora Grey que también se hospedaba en el hotel. Lucy Grey era una viuda que, desde la muerte de su esposo, se había dedicado a viajar. Ya me había llamado la atención por su vestuario. La veía lucir, a cada momento del día, un modelo diferente. Me encantaban sus vestidos y se lo dije.
       El rostro se le ilumino con una sonrisa y exclamo:
 - Por fin alguien de buen gusto en este hotel!
Y así comenzó nuestra amistad.
   Ella misma diseñaba su ropa, me conto. Lo había hecho siempre, desde niña, para sus muñecas. Decía que si su difunto esposo se lo hubiera permitido, ella hubiese sido la diseñadora más famosa de Inglatera. Estaba orgullosa de sus colecciones…

Ema: - Miro con disimulo su reloj pulsera. Por lo visto aquel relato iba a tomar su tiempo. La tarde se complicaba cada vez más: su madre diciéndole que una bruja la iba a atacar, afuera la tormenta se desataba con más fuerza y él debía ir a buscar a su hijaAlice al colegio….
      Lucy Grey era el tipo de persona que nunca se sabe si esta hablando en serio o en broma – Continuo laSeñora <pinkerton – Le gustaba sentarse conmigo en la terraza para intercambiar impresiones sobre las otras Señoras del hotel. Una vez llegaron dos mujeres “escalofriantemente vestidas” , según ella. Una con un sombrero ornamentado con exceso para mi amiga, que murmuró
-          ¡Por Dios!¿ has visto esa frutera?
Cuando nos retiramos tomo un racimo de uvas de la mesa, y al pasar junto a ella, deslizo: 
¡Oh qué pena! Alguien se le ha caído esto… 
Vi que la aludida le lanzo una mirada furibunda, y exclame en voz baja:
-          ¡Creo que la ha oído!
-          ¿En serio?  Mejor! Tiene la suerte de que alguien que sabe como vestir le haya hecho notar sus mala elecciones. Hoy aprendiendo algo. ¡Deberia estar agradecida! ¿ No piensas lo mismo?
-          ¡Oh no la veo muy agradecida!…. más bien parece con deseos de tomar algo y tirárselo con un proyectil.
-          Entonces vayámonos rápido cariño. ¡ Vayamos lejos de esta chusma!
La Señora Pinkerton hizo una pausa antes de continuar
Una tarde volvía con tu tía y nos cruzamos con ella en el vestíbulo. La note un poco excitada. Me daba cuenta por sus ojitos de que quería decirme algo pero no delante de tu tía. Acordamos reunirnos en la terraza antes de cenar.
La encontré paseándose junto a la balaustrada. Iba y venía, parecía ansiosa.
-          ¡Lucy! La llame.
Ella se acercó rápidamente y me condujo hacia una mesa algo alejada del resto
-          Espero que estés preparada para lo que te voy a decir.
Nos sentamos. Echo una mirada entorno y en voz baja dijo:
-          Sospecho que en este hotel hay una bruja

Capítulo 5
Ema trataba de comprender su madre le contaba una historia ocurrida hacia más de cincuenta años, en hotel donde una mujer tan orgullosa e insoportable como ella había desaparecido.
¿Que tenía que ver eso con su nueva vecina? ¿Qué tenía que ver con lo que había sucedido ayer entre ellas? Aún faltaba para la hora de salida de Alice. De todos modos era  mejor esperar a que pase la tormenta para ir a buscar a la niña.
-          ¿Me estas escuchando Ema?
-          Si, Madre, perfectamente. Decías que tu amiga Lucy sospechaba que en el hotel había una bruja.
Sospechaba con la respuesta, la Señora Pinkerton continuo:
Al principio creí que era una broma y en ese tono le pregunte:
-          ¿Solo una?
-          Lo que oyes.
-          ¿De que habla usted Lucy? ¿ De las que convierten a los niños en ratones?
-          Oh, si, cariño, me temo que ese tipo de brujas
-          Inquietante, ¿Verdad?
Yo no sabia que cara poner.
Entonces me conto:
Yo estaba sola en el vestíbulo, hojeando el periódico. En un momento alce la vista y vi que entraba una mujer. Era alta, esbelta, elegantísima, de piel muy blanca, unos cabellos negros y ondulados que le llegaban a la espalda pidió las llaves y paso a mi lado camino los ascensores. Nos miramos. ¡Que ojos! Me sonrió “hola querida”. No pregustes por que, pero no me pude sacar de la cabeza aquellos ojos en toda la tarde.
“Tu aun no me conoces muy bien. A mi nadie me impresiona tan fácilmente. Sin embargo esta mujer me ha impresionado hay algo en ella… algo diferente; es distinta a cualquier otra mujer.
Al escuchar esa descripción recordé a que esta mañana había visto a una mujer joven y hermosa, registrándose en el hotel debía ser ella. Lucy continuo después de aquel encuentro no podía concentrarme en nada me volvía su imagen una y otra vez. Y no entendía por que.
-          ¿Bruja de Metskula? Si esa una raza de bujas las hermosas y poderosas. Decían que si las brujas de Metskula advertían que alguien las había descubierto les tomaba muy poco tiempo hacerlas desaparecer.
-          ¡¿Lo imaginas?!
-          ¿Desaparecer?
Capitulo 6
Y usted como sabe si esa mujer detesta el amarillo?
-          O no lo sabemos… Pero pronto lo vamos a saber tengo un plan vamos a ver que tal le sienta esto a la Señorita Larden
-          ¿Señorita Larden?
-          Si. Elizabeth Larden. Lo averigüe. Al parecer es una empresaria muy importante dueña de una empresa de cosméticos y…. ¿Sabes cuantos años tiene?
Se acerco para decírmelo al oído.
-¡No puede ser!
-   ¡Eso es lo que digo yo! ¡No puede ser! Sin embargo es lo que se rumora en el hotel…
-   ¡ Vaya que son buenas esas cremas!
-   Mmmm ….. Dudo que existan cremas tan buenas acá hay algo mas. ¿Y si la Señorita Larden es una bruja? ¿Dime? : ¿ No te encantaría descubrirlo?
-   ¿Habla usted en serio?
-   ¡Por supuesto que sí! ¿No seria fantástico? ¿Y si ante nuestros propios ojos comienza a despedir humo y a derretirse cuando le eche este pañuelo al cuello? ¡Oh oh oh! – hizo como si se estremeciera de miedo y soltó una risita.
Yo no podía creer lo que estaba escuchando:
-            Vamos, Lucy se esta burlando usted de mí.
¿Cree realmente que existen las brujas?
-          Oh, tu sabes cómo es eso…. Las brujas no existen pero… no voy a resistir la tentación de comprobarlo. ¿Lo harías tú?
Por supuesto, la idea de mi amiga me parecía absolutamente infantil. Pero era el tipo de cosas que ella podía hacer….
La Señora Pinkerton se tomó la cabeza con las manos:
-          ¡Que error! ¡Que error! ¡La tendría que haber detenido ahí mismo!
Después de que Lucy me contara su plan para desenmascarar a la bruja, bajamos al salón comedor. Nuestra conversación había despertado mi interés en la señorita Larden.
-          ¡Ahí viene! – mi amiga guardó rápidamente el pañuelo en su bolso-: ¡Mírala! ¿No es una mujer impresionante?
Entonces la vi entrar.
Parecía actriz de cine. En un instante atrajo todas las miradas del salón. Llevaba un magnifico vestido blanco, que resaltaba su figura, y se desplazaba con esa leve indiferencia que tienen las divas cuando se pasean entre el público.
Subió por las escaleras.
En ese momento llego tu tía.
-          ¡Buenas noches señoras! ¿Invitaste a la señora Grey a nuestra excursión mañana?
-          Oh les agradezco…
-          No creo que sea un paseo muy divertido para la señora Grey. Estaré concentrada en las fotografías todo el tiempo.
-          ¿Sabía usted que mi hermana planea ser una gran artista? Comento tu tía con ese leve tono de burla que acostumbraba a usar. Asegura que su colección de paisajes será famosa algún día….
-          Pues es lo que pienso. Aunque para algunos eso sea vanidad… 
-          ¡Oh! ¡La vanidad del artista! ¡Hay ya que pecado! ¡Me parece muy bien! ¡El mundo seria un horror sin los artistas! ¡Hay que perdonarles todo! Además, siempre recuerdo que mi tía Edna decía que hay que dejar la humildad para los que no tienen talento.
Mientras cenábamos me dedique a observar disimuladamente a la señorita Larden. Me llamo la atención la manera en la que tomaba su boquilla y encendía el cigarrillo. Nunca había visto encender un cigarrillo de esa manera. Lucy tenía razón. Todo en ella era diferente….
Pero…. ¿Una bruja? Yo no podía creer semejante cosa.
Aun así evite mirarla a los ojos.
Al otro día salimos de excursión con tu tía estuve a punto de contarle mi idea a mi amiga pero no me atreví. Se hubiera escandalizado. Me habría dicho que las dos habíamos perdido el juicio. Yo también pensaba…. ¿En verdad Lucy creía que aquella mujer  iba a empezar a echar humo? ¿Hablaba en serio realmente? Como con ella nunca se sabia.
Regresamos a media tarde. Estaba ansiosa con que me contara que había ásadp cpn el asunto del pañuelo amarillo.
La encontré en el comedor, frente a una taza de te. A penas la vi note que algo en ella había cambiado. ¡Llevaba el mismo vestido que esa mañana, inconcebible tratándose de Lucy Grey. Y su rostro lucia muy pálido. Temí que hubiera enfermado:
-          Lucy, ¿Está usted bien?
-          Si, cariño….. me siento un poco cansada, nada más.
-          ¡Por favor cuéntame! ¿Qué paso con la señorita Lauden
Ella permaneció un instante en silencio. Parecía meditar mi pregunta. Y al cabo de un momento respondió:
-           Oh, eso fue…. Bastante extraño.
Capítulo 7
Ema pensaba: No puede ser aquella señorita Lauden de hacia cincuenta años fuese la misma señorita Lauden que vivía en la casa de  al lado. Ella le había visto. Tendría unos… ¿Veinticinco?, ¿Treinta años?
Aquella mujer del hotel debía ser una anciana o aun mayor que su madre, o ya debería estar muerta. Se trataba de una coincidencia de nombres. Aunque también esa mujer fumara en boquilla….
Miro el reloj. Aún quedaba tiempo:
-          ¿Entonces?
-          Entonces Lucy, como la otra vez miro hacia ambos lado y bajo la voz y me conto estuve toda la mañana con el pañuelo en el bolso esperando el momento de echárselo al cuello. Cerca del medio día la encontré en la terraza. Se hallaba sentada muy quieta de espaldas a mi mirando el mar.
La oportunidad perfecta pensé.
Abrí el bolso, saque el pañuelo y me acerque lentamente tratando de no hacer el más leve ruido desde atrás veía su mano fina y bien curvada sosteniendo con elegancia la boquilla, Las volutas de humo se perdían en el aire. Había recogido su cabellera dejando al descubierto su hermoso cuello. Y en el instante en que iba a apoyar el pañuelo sobre sus hombros, ella giro echándose hacia un costado su cuerpo pareció ¡doblarse! Fue un movimiento tan rápido, tan increíble, que quede paralizada. 
El pañuelo había caído al suelo sin haberla rosado si quiera ella se había puesto de pie y me clavaba la vista con ojos muy abiertos.
-          ¡Oh, perdón! Yo pensé…. Que eso era suyo
-          Balbuce, mientras que sentían que me temblaban las rodillas.
Ella no me contesto inmediatamente sus ojos permanecían fijos en mi:
-          Se equivocó usted. Eso no me pertenece dijo sin mirar el pañuelo que yacía en el suelo y se retiró rápidamente hacia el interior del hotel.
Yo me quede ahí de pie avergonzada aturdida… Lo que acababa de suceder era imposible ¿Cómo supo que yo estaba detrás? ¿Cómo había realizado aquel movimiento yo jamás había visto algo asi?
-          Que extraño
-          Pero lo más extraño vino después
-          ¿Después?
-          Si cuando fui a mi habitación a descansar. Aquel incidente que me había puesto nerviosa y necesitaba estar un rato a solas. Al bajar del ascensor me sentí desorientada era mi piso, pero me parecía estar ahí por primera vez. Y tenía la sensación de que no estaba sola.   Como si alguien me hubiera seguido por los silenciosos pasillos de este hotel.
Sin embargo cuando me daba vuelta no había nadie…. Finalmente llegue a mi habitación saque la llave de la cartera y de pronto no sé de donde ni como pero esa mujer estaba ahí detrás de mí.
-          Veo que estamos en habitaciones continuas
-          Gire y la mire no sé lo que me paso en ese momento pero todo mi malestar desapareció de golpe:
-          ¡Que maravilloso! Como se me hubiese dado una excelente noticia y sentí un fuerte deseo de estar con ella de conocerla de ser amigas tal vez.
-          La miraba y aquella mujer me parecía el ser más hermoso y agradable que había conocido en mucho tiempo me propuso tomar el té juntas. ¡Y yo acepte encantada!
-          Quería contarle todo de mi de mi pasión por los vestidos mis ideas sobre la belleza la importancia de verse bien ella solo me dejaba hablar asintiendo con una sonrisa a cada cosa que yo le decía no se cuánto tiempo paso pero recuerdo que al momento de despedirnos me dirigió una sonrisa muy similar y me dijo.
-          ¿Sabe señora Grey? Usted y yo vamos a ser muy buenas amigas
-          Es difícil explicarlo pero en ese instante sentí que esas palabras eran manos. Manos invisibles que me sujetaban para adueñarse de mí. Manos que no eran humanas, y me iban a llevar a un lugar del que no podría escapar.
-          Qué tontería no
-          No me hagas caso cariño temo que estoy envejeciendo yo no entendía que tipo de obsesión tenía mi amiga con la señorita Larden pero no me parecía saludable no quería hablar más de aquella mujer y aproveche para cambiar el tema.
Le conté que debía tomar una decisión dudaba si pintar amanecer en Dorcet o luna sobre Dorcet, porque la noche anterior había conseguido una toma fantástica desde la terraza.
Trataba de distraerla Lucy me escuchaba, pero su cabeza estaba en otro lado entonces intente con una broma sobre un par de mujeres maquilladas como muñecas que circulaban por el comedor.
Recuerdo que logre hacerla reír y por momento parecía la misma Lucy Grey de siempre pero mi amiga ya no era la misma.
-          Ya estaba hechizada ¿Entiendes Ema? ¡Ahora lo sé! ¡Y a mí me está haciendo lo mismo!
-          Ema por favor madre no te ponga asi te aseguro que nada malo va a sucederte…
-          Emma por favor hija sácame de aquí lo digo en serio no quiero terminar como mi amiga.
Capítulo 8
Afuera llovía torrencialmente.
…. Y te quedarlas con nosotros hasta que todo esto haya pasado. ¿Te parece bien así?
La angustiaba verla así, aterrorizada por una historia de brujerías. Tenía que llamar hoy6 mismo a la doctora Sering. La doctora de su madre y peguntarle que se hacía en estos casos
Pensó en Alice, su hija de nueve años. De pronto le preocupaba que su madre, en ese estado, pudiese asustar a la niña:
-          Lo único que te pido es que no hablemos de esto en presencia de Alice.
-          ¡Por supuesto que no ¡.!Como se te ocurre que voy a asustar a la niña ¡¿Crees que soy estúpida?
Por lo vito su madre era capaz de recordar su mal carácter. Al menos era un buen indicio.
-          Lo que pasa es que tú sigues sin creerme.
Ema decidió no responder.
-          ¿Puedes terminar d contarme lo que sucedió con tu amiga, la señora  Lucy Grey.
-          ¿En qué me había que dado?
-          Decías que se había sentido impresionada por la Señorita Larden pero que después cuando esta le dijo que serían muy buenas amigas comenzó a sentirse mal. Y tú piensas que con esas palabras ya la había embrujado.
-          No tengo duda de que fue así.
Al día siguiente Lucy no baja a desayunar pensé que decidió dormirse más de lo habitual y  no le di mayor importancia.
Recién la vi en el bar del hotel, cerca de medio días rostro estaba aún más demacrado que la tarde anterior y sus pequeños ojos azules parecían sin brillo.
-          ¡Lucy! No la veo muy bien ¡Comienza usted a preocuparme!
-          He pasado una noche terrible. Recuerdas que te conté de mi tía Edna? ¡La que nos hablaba de brujas de Metskula?
-          Si lo recuerdo.
-          Anoche soñé con ella …
Narrador: conto todo el sueño.
-          ¿Escuchaste eso?
Otra vez Emma no escucho nada. Solo se escuchaban los truenos y  el ímpetu de la lluvia descargándose sobre la casa.
-          Solo la lluvia madre…
Ver  a Lucy en ese estado me angustio profundamente. Ésa mujer soberbia y segura de sí misma parecía un pajarito muerto de miedo. Recuerdo que me miro con sus ojitos muy abiertos, y me pregunto:
-          ¿Qué me está pasando?
Yo no sabía que decirle. Solo atine a contestarle:
-          ¡Oh Lucy! ¿No serán tus nervios? ¿No serán sus nervios que le han jugado una mala pasada? Tal vez toda esta historia de la bruja la a sugestionado…
-          ¡SI! ¡Eso es lo que me sucede!
-          Debería usted ver a un médico…
-          Si tienes razón .Pero a hora de necesitare descansar…Me ciento fatigada creo que descansare el resto del día.
-          ¡Claro! ¡Descanse y olvídese de todo! Esta noche se sentirá usted mejor. Ya lo verá.
-          Sí tiene razón, cariño.  Nos veremos en la cena.
-          Las brujas no existen, ¿Verdad, amiga?
Sentí una súbita compasión por aquella mujer.
-          ¡Por supuesto que no, Lucy querida! ¡Las brujas no existen!
Antes de separarnos me dedicó una sonrisa agradecida y se alejó por el corredor con el paso lento, como si tuviera miedo de caerse.
Fue la última vez que la vi.

Capítulo 9

-          ¿No sientes un poco de frío aquí?
-          ¿Quieres que encienda la chimenea?
-          No nos iremos enseguida
-          Decías que no volviste a ver a tu amiga después de que ella te contó su extraño sueño.
-          Tenía la necesidad de hablar con alguien sobre lo que le pasaba a mi amiga. Pero no sabía con quién. Tu tía no era la persona indicada.
Iba a decirme que Lucy debía consultar con un médico y punto. Pero yo quería entender… ¿Estaba enfermando? ¿Podía haber algo de cierto en aquella historia de la bruja?

Esa noche llegamos al comedor temprano. Lucy no había bajado aun: Mientras tomábamos una copa con tu tía vi que al salón entraba la señorita Lauden. Se la veía más radiante que nunca. Su presencia me atraía como un imán, pero todo el tiempo evitaba mirarla, como si fuese la mismísima Medusa.


-          Llamaré a Lucy a su cuarto. Me sorprende que aún no esté aquí…
Me dirigí al teléfono que se hallaba en el vestíbulo y pedí hablar con la habitación de la señora Grey.

Subí las escaleras dos veces para ver si estaba en la primera toque la puerta y grite

-          Lucy son la señora Pinkerton estamos esperando para que baje usted a cenar
Ella murmuro:
-          Oh… bajar a cenar…
-          Si, por supuesto… ¿Está usted bien? ¿Necesita ayuda?
-          No
A la segunda volví a preguntar Lucy
-          ¿Pueden los vestidos bajar a cenar?
Regrese a la mesa y le dije a tu tía
-          He notado a Lucy muy extraña al verla. Desde ayer no se siente bien. Tal vez debería volver a subir a verla.
Durante la cena tu tía me hablaba y yo parecía flotando. Tenía la sensación que algo ahí andaba mal.
Con la última cucharada del postre me levante y dije volveré a ver a Lucy
Cuándo llegue a la puerta golpe con todas mis fuerzas:

-          ¡Lucy, abra usted!
Volví a golpear.
-          ¡Lucy! ¡Abra por favor!
Nadie contesto.
Estalle en sollozos, y seguí golpeando la puerta sin parar.
Escuche pasos que se acercaban. Era tu tía y la recepcionista del hotel, que me habían visto salir corriendo.
-          ¡No abre, No abre! ¡Estoy segura de que le ha pasado algo!
La administradora me miro alarmada, y golpeando la puerta una vez más. Al no obtener respuestas miró por el ojo de la cerradura:

-          Tiene puesta la llave por dentro.
Entonces saco un llavero y luego de un breve forcejeo con la cerradura abrió la puerta.
En el cuarto no había nadie la consejera del hotel se adelantó presurosa para entrar a la sala de baño. Reapareció negando con la cabeza en señal de que no estaba allí.

Las tres nos miramos un instante, sin saber que pensar.

-          ¿A dónde se ha metido esa mujer?
-          No entiendo cómo pudo salir de la habitación la puerta ha sido cerrada por dentro…


-          Yo misma hable con ella hace unos momentos. La señora Grey tenía planeado cenar con nosotras
-          Evidentemente ha cambiado de opinión debió salir por aquí. Mmm… y por lo que veo no le debe haber resultado muy fácil.
-          ¡Eso es estúpido! ¡A Lucy no se le ocurriría salir por las ventanas!
-          ¿Está segura? Pues me temo que hay ninguna otra explicación
-          ¡No puede ser! ¡Miren! Estaba preparándose para cenar.


Capítulo 10

La buscaron por todas partes. Pero no hallaron ni rastro de Lucy Grey.

La policía interrogo a todos los que habíamos estado con ella en el hotel nadie la había visto ni escuchado nada.

Al parecer, yo era la última que había tenido contacto con Lucy antes de que desapareciera le conto todo, por supuesto.

Capítulo 11
En la oscuridad de la sala se oyó un sonido sordo, como si algo se hubiera derrumbado sobre la alfombra.
-¿Mamá?
-Estoy aquí…
-Vámonos. Llamaré al colegio de Alice para avisar que tal vez me demore. Abrígate bien. Esto se está poniendo cada vez peor. No sé si podré llegar a tiempo con esta tormenta.
-¡Tengo que preparar la ropa! Buscar a Picasso, ¡su comida! ¿Oh donde esta Picasso? ¿Por qué no habrá vuelto? ¡Picasso!
- ¡Nos tenemos que ir ya! Después volveré por Picasso.
- ¡No! ¡No dejaré a mi gordo hermoso aquí solo!
Ema miro a su madre. Estaba convencida de que iba a desaparecer. Y ella ya no disponía de tiempo para hacerla entrar en razones. Solo quedaba usar el sentido común, y el sentido común decía: nadie desaparece en el aire.
-Como quieras. Yo tengo que irme ya mismo. Alice no puede quedarse sola esperándome con este tiempo.
-¿Y qué hago yo, entonces?
-Te diré lo que vas a hacer. Vas a ir a tu dormitorio, armarás tu bolso con la ropa de dormir y te abrigarás. Después prepararás un té y me esperarás sentada aquí, en este sillón, con tu perro peludo. En unos momentos estaré de regreso con Alice.
-Pero…
-Me gustaría que fueras razonable, madre, y entendieras que es lo mejor que podemos hacer dadas las circunstancias. ¿No lo crees así? Serán solo unos minutos….
-Lo entiendo perfectamente. Tienes que irte ahora. Prepararé el bolso y estaremos listos cuando regreses.
Ema abrió la puerta. El viento  helado y la lluvia golpearon su rostro. Y en el instante en que salía, volvió a escuchar la voz de su madre:
-¡Hija, por favor, date prisa!

Capítulo 12
Ema salió de la casa atormentada por sus pensamientos.
Era evidente que algo malo estaba pasando en la cabeza de su madre. ¿Había enfermado porque se sentía sola? ¿Acaso ella no la había cuidado lo suficiente? ¿Había sido un mal hijo? ¡Oh, Dios…!
-¿Vienes de la casa de la abuela?
Ema estaba a punto de responder, cuando sonó su celular. Lo tomó. Era su esposa.
-Hola, Paco.
-¿Ya estas con Alice?
-Sí, me demoré un poco, pero ya está con migo. Fue una tarde complicada…
-¡Qué tormenta tan horrible…!
-Paco… tengo que decirte algo. Mi madre se quedará a dormir en casa esta noche… tal vez esté con nosotros unos días.
-¿Cómo?
- Te lo explicaré más tarde. Necesito que prepares el cuart…
-No, querida. Explícamelo ahora.
Ema inspiró profundamente, miró a Alice a través del espejo retrovisor, y le pidió:
-Hija, ¿me harías el favor de colocarte los audífonos? Necesito hablar con tu madre un momento… en privado.
-No lo vas a creer. Mi madre piensa que ha sido hechizada y que va a desaparecer.
-¿Qué?
- Lo que oyes. Hechizada. Según ella, la mujer que compró la casa de al lado es una bruja a la que conoció hace 50 años. Dice que en aquella ocasión hizo desaparecer a una mujer en un  hotel.
-¿La vecina? ¿Una bruja?
- Sí, la vio ayer en la vereda. Dice que al principio no lo reconoció. Se presentaron, tomaron el té y en un momento le dijo que iban a ser muy buenas amigas. Ahí fue cuando se dio cuenta de que era la bruja, la bruja que hizo desaparecer a esa mujer.
-¡Vaya dicen que las brujas se reconocen entre ellas!
- No estoy para bromas Paco. Tendrías que verla, está desesperada…
- Lo siento Ema, pero no  entiendo nada. ¿Por qué tu madre dice que va a desaparecer?
-Porque esa mujer del hotel le había dicho lo mismo, y con eso la hechizó. Según ella, esta bruja hace desaparecer diciendo esas palabras.
- Pero Ema, mucha gente dice estas cosas…
-Es cierto, pero la endiablada casualidad es que la vecina también se llama igual que la bruja, y también fuma con boquilla.
-Entonces ¿no podría ser la misma?
- Imposible. Yo la vi, me la crucé la semana pasada y es una mujer joven, más joven que yo. N o puede ser la misma persona de hace 50 años.
-Creo que deberías hablar con su doctora.
-Está bien querida le hablaré ahora mismo. Nos vemos en casa.
Ema cortó y buscó en la agenda el número de la doctora Serling:
-¿Doctora Serling?
- Sí, ella habla.
-Soy Ema Pinkerton, la hija de su paciente, la señora Pinkerton.
-¡Oh, sí! ¿Se encuentra ella bien?
- Me temo que no. Acabo de verla. Está muy alterada. Parece obsesionada con una mujer, una vecina que conoció ayer.
-Ajá…
- Si ella afirma que… esa mujer es una bruja.
-¿Una bruja?
- Se imaginará mi sorpresa. ¡Mi madre nunca creyó en esas cosas! Pero ahora dice que esa vecina la espía, que la escucha a travez de las paredes…
- A través de las paredes… Mmm…
-Sí, y dice que se está preparando para atacarla. Que ayer la amenazó.
- ¿La amenazó?
- Sí según ella la amenazó diciéndole que serían muy buenas amigas.
-¡Mmm…!
-Afirma que la va hacer desaparecer.
-Oh…
-¿Qué es esto, doctora? ¿Ha notado usted algo raro en ella la última vez que la vio?¿Por qué mi madre de la noche a la mañana dice estas cosas?
-Qué extraño. Me sorprende usted con lo que me cuenta. Este tipo de perturbaciones no aparece de un día para el otro.
-Estoy muy preocupada doctora.
-No se desespere. Mañana la veré en la consulta. Si es necesario acudir a un especialista lo haremos.
-Esta bien doctora, pero… ¿desaparecer? ¡No es posible que mi madre crea que va a desaparecer!
-¿Qué no es posible? Créame, Ema, en el reinado de la mente todo es posible. Todo es posible en…
-¿Doctora Serling?
El celular estaba mudo, se había quedado sin señal.
Al llegar a la esquina, Ema doblo para tomar la avenida que la conducía a la casa de la señora Pinkerton. Se encontró con una larga fila de autos que esperaban para avnzar. Un embotellamiento.
-Oh no…
Capítulo 13
Ema marco el número de la casa de la señora Pinkerton. Llamó una, dos tres, cuatro veces
Alguien atendió.
-Madre soy Ema.
-…
-¿Hola, me escuchas?
-…
¿Puedes oírme?
-…
-¡Madre habla por favor!
-Ema sácame de aquí.
Capítulo 14
-Llegamos.
-Esperame aquí, Alice.
-¿Puedo bajar?
-NO.
Tengo que ir al baño.
-Está bien pero abrígate.
Ema llamo a la puerta varias veces y nadie abrió.
Debe haberse quedado dormida mientras nos esperaba.
La buscaron bien por toda la casa y se dieron cuenta de que la señora Pinkerton estaba en un cuadro.
-¡Ema sácame de aquí! ¡Te lo suplico Ema!

                                                                               











52 comentarios:

  1. Respuestas
    1. me podrias enviar digital a mi tambien ?

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    2. chica buenas noches tu me puedes enviar el texto La Señora Pinkerton ha desaparecido en forma digital, te agradezco quedo atento

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  2. Hola a todos... Alguien me podra decir donde lo puedo comprar el libro... Aqui en lima Peru... muchas Gracias... ��

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  3. no se llamaba emma, se llamaba Edmund, y la esposa de edmund se llamaba patricia.

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  4. No se pasen por q no dicen q es solo un fracmento

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  5. Esta página es una farsa por que primero que todo Yo tengo el libro en mis manos y el hijo de la señora pinkerton no se yama ema y para saber es un hombre y se llama edmund que farcedad de página buuuuu

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  6. Esta página es una farsa por que primero que todo Yo tengo el libro en mis manos y el hijo de la señora pinkerton no se yama ema y para saber es un hombre y se llama edmund que farcedad de página buuuuu

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    1. Antes de criticar por un cuento que escribió una persona que obviamente se puede equivocar, mejor cómprate un diccionario porque tenes errores ortográficos

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  7. mi tia lo tiene y eso no esta completo que boleta

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  8. EDMUND SE LLAMA EL PROTAGONISTA DEL LIBRO, NO ES EMMA. Saludos

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  9. EDMUND SE LLAMA EL PROTAGONISTA DEL LIBRO, NO ES EMMA. Saludos

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  10. Alguien tiene el libro en pdf ? me lo podra enviar ?

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  11. Ayyyyyyyy yo no puedo creerrrr yyyyyyy yuju yuuyuuu o siiii estoy felizasa yyy ujjuuuu pasa de arene de clas royaleee pero como termine aca

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  12. hola buenos dias yo lo necesito conseguir en digital por que mi hermana no ve y tengo que agrandare la letra me lo pasarían?? lo agradecería mucho

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  13. Alguien me puede pasar el libro en digital porfavor gracias

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  14. Hola a mí me encantó el libro pero necesito la cronología

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  15. ALGUIEN ME PUEDE PASAR EL LIBRO EN PDF, POR FAVOR, GRACIAS

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  16. puede tener sus errores pero ayuda mucho

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  17. Me pueden ayudar con unas preguntas

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  18. hola buenas noches si alguien lo tiene en PDF me lo podria compartir estoy haciendo una tarea y he dejado el libro en otra ciudad no ire hasta despues del verano porfa... sean buenos saludos a todos!!

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  19. lo tiene alguien?? me lo comparten? gracias!!

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  20. quien es el narrador del cap 10?

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