El Libro
Reseña
La señora Pinkerton es una mujer vieja que tiene una hija llamada Ema y su nieta Alice.
Era miércoles y Ema estaba en la casa de su madre,pero al parecer su madre estaba enloqueciendo pues ella asegura que una bruja vive al lado de su casa.
Ema no sabía que decir al respecto, así que dejo que su madre le platicara porque aseguraba que la vecina era una bruja.
La señora Pinkerton le contó a su hija una historia ocurrida hace más de 50 años cuando conocieron ella y su tía en el hotel Dorset a Lucy Grey y a la señorita Larden (la bruja).
Guión
La señora Pinkerton ha
desaparecido
Capítulo 1
Señora Pinkerton:-¡Es una bruja!
Narrador:-La Señora Pinkerton susurro esas palabras al oído
de de su hija. Su hija Ema su única hija nunca la había visto tan alterada. La
Señora Pinkerton era conocida por su arrogancia y su pésimo carácter. Sin
embargo Ema notaba que en esta ocasión
algo más estaba sucediendo.
Señora Pinkerton:-Una bruja verdadera. ¡Y vive al lado de mi
casa! ¿No vas a hacer nada?
Narrador:- Oírla
decir que la señorita Larden, la mujer que se había mudado a la casa de al lado
era una bruja verdadera, la dejaba sin palabras. Por qué su madre decía
“verdadera”? Su madre podía ser orgullosa, intolerante, desconfiada, pero
siempre había sido una mujer repleta de sentido común.
¿Acaso su madre estaba perdiendo la razón?
Ella continúo:
Entonces Emma por primera vez vio el miedo en los ojos de su
madre.
Capítulo 2
Emma: ¿Quién es esa mujer? ¿Te ha hecho algo?
Narrador: Emma había visto a la señorita Larden una sola vez,
hacia una semana, en la vereda, por casualidad. Ella solía de su casa con un
maletín cuando ella descendía de su auto la recordaba perfectamente. Le pareció
elegante, sofisticada y muy atractiva un tipo de mujer importante. De las
podían salir en las portadas de las revistas. ¡Por que su madre decías que esa
mujer era una bruja?
La Señora Pinkerton: -¿Y sabes lo que me digo? ¡Que íbamos
hacer muy buenas amigas!
-Tienes que sacarme de aquí Emma te lo suplico Emma saca me
de aquí.
Emma: Madre me estas preocupando.
Pero la Señora Pinkerton no la dejo terminar
La Señora Pinkerton: - shh... – Escuchas.
Narrador: El silencio era total.
La Señora Pinkerton: Esta ahí puedo oírla
Narrador: -Desde su juventud La Señora Pinkerton se había de dedicado a pintar paisajes Ingleses. Se sentía orgullosa de sus pinturas, que se lucían en todas las
habitaciones.
La Señora Pinkerton:- ¡La escuchas!
Emma:- Madre me gustaría que te tranquilizaras y…
La Señora Pinkerton:-Cállate…
Emma guardo silencio. Entonces escucho. Era un sonido raro y
apagado, que no supo situar. Podía ser cualquier cosa.
La Señora Pinkerton:-La oyes .Está tramando algo. Lo sé. Se
está preparando para hacerme desaparecer. ¡Haz algo! ¡Haz algo!
Emma perdió la paciencia.
Emma: -¡Basta! Ahora te tranquilizaras te preparare té y me contaras exactamente que paso con esa
mujer.
Capítulo 3
Narrador:- Después de tomar el té La Señora Pinkerton se
había recompuesto y parecía la misma de siempre.
La Señora Pinkerton:-Tuve que ir yo por que la inepta de Mary
había olvidado comprar las pastillas para mis jaquecas esa muchacha no puede
continuar a mi servicio.
Narrador:- “Otra vez”
pensó Emma las asistentes de su madre nunca duraban unos pocos meses.
La Señora Pinkerton:- Vi a una mujer que intenta abrir la
puerta de la casa de al lado sabía que
casa tenía una nueva dueña debía ser ella nuestras mirada se cruzaron y tú
sabes que no me gusta alternar con los vecinos
pero era inevitable saludarla.
-“Buenas tardes”
Entonces ella se voltio para quedar
frente a mí.
-“Hola querida”
Me la quede mirándola.
Sus ojos…había algo en su rostro algo
familiar y extraño al mismo tiempo yo había visto a esa mujer alguna vez estaba
segura y esa idea fue más poderosa cuando escuche su nombre.
-“Soy la señorita Larden”…
La Señora Pinkerton: -Larden… Larden…Comenzó
a darme vueltas en mi cabeza ojalá la
hubiese recordado en es momento hubiese salido corriendo de allí. No se cómo
explicar lo que paso después no sé qué me hico al fina al rato estábamos
tomando el té en su casa como dos viejas confidentes.
-¿Lo imaginas yo?
Emma: No
La Señora Pinkerton:- No verdad fue
como se hubiese adueñado de mi voluntad.
Narrador: En ese momento las cortinas
de la sala se sacudieron levemente ante
una ráfaga de viento.
-Emma cierra la puerta
Emma:- sí, madre.
Narrador: La Señora Pinkerton: aguardo
a que su hija se sentaran de nuevo para continuar.
Hablamos… bueno en realidad yo hable
todo el tiempo me hiso sentir tan cómoda me resultaba una mujer encantadora le
conté de ti y que eras profesora de la universidad de la pasión por la pintura y de mi “peludo
hermoso”
Narrador:-Emma adiaba cuando le decía
perra mi peludo hermoso.
La Señora Pinkerton: Ella solo dijo
que había vivido en América y que nunca se había casado que raro pensé esa
mujer tan hermosa, tan bella y tan agradable no había no había faltado
propuestas de matrimonio. Mientras tanto yo trataba de recostar donde la había
visto ¿Cuándo y dónde? Y estaba apunto e decírselo pero no fue necesario. La
señorita Larden extendió una mano hacia una caja de bronce que se hallaba en la
mesa y me pregunto:
La señorita Larden: -“¿Le moleste que
fume?”
La Señora Pinkerton: -Tú sabes que
detesto ese habito, me parece nauseabundo, y también detesto a los fumadores,
pero respondí con la mejor de mis sonrisas:
“Fume
todo lo que quiera! No me molesta en absoluto!”
Entonces ella abrió la
caja, saco un cigarrillo , y después, no vi de
dónde, apareció la boquilla. Era una
larga boquilla de plata, completamente grabada, finísima. Vi la forma en que la
tomaba, sus manos, ese movimiento….
“Y de pronto record{ e todo .
¡Era ella! ¡Era la mujer del hotel!
“Me puse de pie de un salto y
empecé a retroceder alejándome de ella , como si fuera una planta venenosa.
“- No… nada…nada, yo… debo
irme. ¡Mi hijo debe estar por llegar en
cualquier momento!
“Traté de alcanzar la puerta lo
más rápido que pude. Entonces escuché su voz detrás de mí, que me decía:
“-¿Sabe , señora Pinkerton?
Usted y yo vamos a ser muy buenas amigas.
Ema: - vio cómo el rostro de su madre se deformaba por el llanto:
-¡Dios mío! ¡Qué será de mi….!
A esta altura, Ema estaba francamente
alarmada ya no tenía dudas de la salud de su madre se hallaba afectada. Y por
lo visto, de esta manera bastante seria. ¿Qué era todo esto?, ¿Qué tenía de
amenazante el encuentro con la señorita Larden para que su madre se pusiera
así?
-
No
entiendo que es tan terrible que quisiera ser tu amiga….
-
Porque
esta es la forma de marcar a sus víctimas. ¡Esa bruja me ha marcado! ¡No me
queda mucho tiempo!.¡Debes creerme Ema!
Ema dio un respingo al escuchar esas
palabras:
-
Pero
madre, por favor, sigo sin entender.
-
Claro
que no lo entiendes…. Tu no sabes lo que sucedió en aquel hotel ese verano.
-
¿Aquel
verano?
-
Si,
cuando la conocí. El verano en que hizo desaparecer a Lucy Grey.
Capitulo 4
Sucedió hace mucho tiempo… hacia poco me había casado con tu padre tu
aun no habías nacido. Ese verano decidimos ir a Dorset, a un hotel frente al
mar…. un trueno interrumpió a la señora Pinkerton resonó en toda la sala. Y
comenzaron a escucharse las primeras gotas de lluvia golpeando las puertas.
-Elegimos ese hotel porque tenía unas
vistas maravillosas y yo estaba decidida a pintar mi atardecer en Dorset.
¿Recuerdas ese cuadro? El que está en mi habitación….
Ema conocía de memoria los cuadros de su madre. Tenía su amanecer en
Devon, su melodía en Canterbury, su nieve sobre black pool, asi veinticuatro
países de distintos lugares de Inglaterra. Todo hechos a partir de fotografías
que ella misma tomaba y después titulaba con el nombre del lugar y la situación del día.
Ella continuo:
También nos gusto ese hotel
porque era el único que tenía canchas de tenis y en aquella época a tu
padre lo apasionaba jugar ese estúpido juego. Estas ocasiones yo aprovechaba
para dar mis paseos por la playa y tomar fotografías. Una de esas tarde conocí
a la Señora Grey que también se hospedaba en el hotel. Lucy Grey era una viuda
que, desde la muerte de su esposo, se había dedicado a viajar. Ya me había
llamado la atención por su vestuario. La veía lucir, a cada momento del día, un
modelo diferente. Me encantaban sus vestidos y se lo dije.
El rostro se le ilumino con una sonrisa y exclamo:
- Por fin alguien de buen gusto en este hotel!
Y así comenzó nuestra amistad.
Ella misma diseñaba su ropa, me conto. Lo había hecho siempre, desde
niña, para sus muñecas. Decía que si su difunto esposo se lo hubiera permitido,
ella hubiese sido la diseñadora más famosa de Inglatera. Estaba orgullosa de
sus colecciones…
Ema: - Miro con disimulo su reloj
pulsera. Por lo visto aquel relato iba a tomar su tiempo. La tarde se complicaba
cada vez más: su madre diciéndole que una bruja la iba a atacar, afuera la
tormenta se desataba con más fuerza y él debía ir a buscar a su hijaAlice al
colegio….
Lucy Grey era el tipo de persona que nunca se sabe si esta hablando en
serio o en broma – Continuo laSeñora <pinkerton – Le gustaba sentarse
conmigo en la terraza para intercambiar impresiones sobre las otras Señoras del
hotel. Una vez llegaron dos mujeres “escalofriantemente vestidas” , según ella.
Una con un sombrero ornamentado con exceso para mi amiga, que murmuró
-
¡Por
Dios!¿ has visto esa frutera?
Cuando nos retiramos tomo
un racimo de uvas de la mesa, y al pasar junto a ella, deslizo:
¡Oh qué pena! Alguien se
le ha caído esto…
Vi que la aludida le
lanzo una mirada furibunda, y exclame en voz baja:
-
¡Creo
que la ha oído!
-
¿En
serio? Mejor! Tiene la suerte de que
alguien que sabe como vestir le haya hecho notar sus mala elecciones. Hoy
aprendiendo algo. ¡Deberia estar agradecida! ¿ No piensas lo mismo?
-
¡Oh
no la veo muy agradecida!…. más bien parece con deseos de tomar algo y
tirárselo con un proyectil.
-
Entonces
vayámonos rápido cariño. ¡ Vayamos lejos de esta chusma!
La Señora Pinkerton hizo
una pausa antes de continuar
Una tarde volvía con tu
tía y nos cruzamos con ella en el vestíbulo. La note un poco excitada. Me daba
cuenta por sus ojitos de que quería decirme algo pero no delante de tu tía.
Acordamos reunirnos en la terraza antes de cenar.
La encontré paseándose
junto a la balaustrada. Iba y venía, parecía ansiosa.
-
¡Lucy!
La llame.
Ella se acercó
rápidamente y me condujo hacia una mesa algo alejada del resto
-
Espero
que estés preparada para lo que te voy a decir.
Nos sentamos. Echo una
mirada entorno y en voz baja dijo:
-
Sospecho
que en este hotel hay una bruja
Capítulo 5
Ema trataba de comprender
su madre le contaba una historia ocurrida hacia más de cincuenta años, en hotel
donde una mujer tan orgullosa e insoportable como ella había desaparecido.
¿Que tenía que ver eso
con su nueva vecina? ¿Qué tenía que ver con lo que había sucedido ayer entre
ellas? Aún faltaba para la hora de salida de Alice. De todos modos era mejor esperar a que pase la tormenta para ir
a buscar a la niña.
-
¿Me
estas escuchando Ema?
-
Si,
Madre, perfectamente. Decías que tu amiga Lucy sospechaba que en el hotel había
una bruja.
Sospechaba con la
respuesta, la Señora Pinkerton continuo:
Al principio creí que era
una broma y en ese tono le pregunte:
-
¿Solo
una?
-
Lo
que oyes.
-
¿De
que habla usted Lucy? ¿ De las que convierten a los niños en ratones?
-
Oh,
si, cariño, me temo que ese tipo de brujas
-
Inquietante,
¿Verdad?
Yo no sabia que cara
poner.
Entonces me conto:
Yo estaba sola en el
vestíbulo, hojeando el periódico. En un momento alce la vista y vi que entraba
una mujer. Era alta, esbelta, elegantísima, de piel muy blanca, unos cabellos
negros y ondulados que le llegaban a la espalda pidió las llaves y paso a mi
lado camino los ascensores. Nos miramos. ¡Que ojos! Me sonrió “hola querida”.
No pregustes por que, pero no me pude sacar de la cabeza aquellos ojos en toda
la tarde.
“Tu aun no me conoces muy
bien. A mi nadie me impresiona tan fácilmente. Sin embargo esta mujer me ha
impresionado hay algo en ella… algo diferente; es distinta a cualquier otra
mujer.
Al escuchar esa
descripción recordé a que esta mañana había visto a una mujer joven y hermosa,
registrándose en el hotel debía ser ella. Lucy continuo después de aquel
encuentro no podía concentrarme en nada me volvía su imagen una y otra vez. Y
no entendía por que.
-
¿Bruja
de Metskula? Si esa una raza de bujas las hermosas y poderosas. Decían que si
las brujas de Metskula advertían que alguien las había descubierto les tomaba
muy poco tiempo hacerlas desaparecer.
-
¡¿Lo
imaginas?!
-
¿Desaparecer?
Capitulo 6
Y usted como sabe si esa
mujer detesta el amarillo?
-
O
no lo sabemos… Pero pronto lo vamos a saber tengo un plan vamos a ver que tal
le sienta esto a la Señorita Larden
-
¿Señorita
Larden?
-
Si.
Elizabeth Larden. Lo averigüe. Al parecer es una empresaria muy importante
dueña de una empresa de cosméticos y…. ¿Sabes cuantos años tiene?
Se acerco para decírmelo
al oído.
-¡No puede ser!
- ¡Eso es lo que digo yo! ¡No puede ser! Sin
embargo es lo que se rumora en el hotel…
- ¡ Vaya que son buenas esas cremas!
- Mmmm ….. Dudo que existan cremas tan buenas
acá hay algo mas. ¿Y si la Señorita Larden es una bruja? ¿Dime? : ¿ No te
encantaría descubrirlo?
- ¿Habla usted en serio?
- ¡Por supuesto que sí! ¿No seria fantástico?
¿Y si ante nuestros propios ojos comienza a despedir humo y a derretirse cuando
le eche este pañuelo al cuello? ¡Oh oh oh! – hizo como si se estremeciera de
miedo y soltó una risita.
Yo no podía creer lo que
estaba escuchando:
-
Vamos, Lucy se esta burlando usted de mí.
¿Cree realmente que
existen las brujas?
-
Oh,
tu sabes cómo es eso…. Las brujas no existen pero… no voy a resistir la
tentación de comprobarlo. ¿Lo harías tú?
Por supuesto, la idea de
mi amiga me parecía absolutamente infantil. Pero era el tipo de cosas que ella
podía hacer….
La Señora Pinkerton se
tomó la cabeza con las manos:
-
¡Que
error! ¡Que error! ¡La tendría que haber detenido ahí mismo!
Después de que Lucy me
contara su plan para desenmascarar a la bruja, bajamos al salón comedor.
Nuestra conversación había despertado mi interés en la señorita Larden.
-
¡Ahí
viene! – mi amiga guardó rápidamente el pañuelo en su bolso-: ¡Mírala! ¿No es
una mujer impresionante?
Entonces la vi entrar.
Parecía actriz de cine.
En un instante atrajo todas las miradas del salón. Llevaba un magnifico vestido
blanco, que resaltaba su figura, y se desplazaba con esa leve indiferencia que
tienen las divas cuando se pasean entre el público.
Subió por las escaleras.
En ese momento llego tu
tía.
-
¡Buenas
noches señoras! ¿Invitaste a la señora Grey a nuestra excursión mañana?
-
Oh
les agradezco…
-
No
creo que sea un paseo muy divertido para la señora Grey. Estaré concentrada en
las fotografías todo el tiempo.
-
¿Sabía
usted que mi hermana planea ser una gran artista? Comento tu tía con ese leve
tono de burla que acostumbraba a usar. Asegura que su colección de paisajes
será famosa algún día….
-
Pues
es lo que pienso. Aunque para algunos eso sea vanidad…
-
¡Oh!
¡La vanidad del artista! ¡Hay ya que pecado! ¡Me parece muy bien! ¡El mundo
seria un horror sin los artistas! ¡Hay que perdonarles todo! Además, siempre
recuerdo que mi tía Edna decía que hay que dejar la humildad para los que no
tienen talento.
Mientras cenábamos me
dedique a observar disimuladamente a la señorita Larden. Me llamo la atención
la manera en la que tomaba su boquilla y encendía el cigarrillo. Nunca había
visto encender un cigarrillo de esa manera. Lucy tenía razón. Todo en ella era
diferente….
Pero…. ¿Una bruja? Yo no
podía creer semejante cosa.
Aun así evite mirarla a
los ojos.
Al otro día salimos de
excursión con tu tía estuve a punto de contarle mi idea a mi amiga pero no me
atreví. Se hubiera escandalizado. Me habría dicho que las dos habíamos perdido
el juicio. Yo también pensaba…. ¿En verdad Lucy creía que aquella mujer iba a empezar a echar humo? ¿Hablaba en serio
realmente? Como con ella nunca se sabia.
Regresamos a media tarde.
Estaba ansiosa con que me contara que había ásadp cpn el asunto del pañuelo
amarillo.
La encontré en el
comedor, frente a una taza de te. A penas la vi note que algo en ella había
cambiado. ¡Llevaba el mismo vestido que esa mañana, inconcebible tratándose de
Lucy Grey. Y su rostro lucia muy pálido. Temí que hubiera enfermado:
-
Lucy,
¿Está usted bien?
-
Si,
cariño….. me siento un poco cansada, nada más.
-
¡Por
favor cuéntame! ¿Qué paso con la señorita Lauden
Ella permaneció un
instante en silencio. Parecía meditar mi pregunta. Y al cabo de un momento respondió:
-
Oh, eso fue…. Bastante extraño.
Capítulo 7
Ema pensaba: No puede ser
aquella señorita Lauden de hacia cincuenta años fuese la misma señorita Lauden
que vivía en la casa de al lado. Ella le
había visto. Tendría unos… ¿Veinticinco?, ¿Treinta años?
Aquella mujer del hotel
debía ser una anciana o aun mayor que su madre, o ya debería estar muerta. Se
trataba de una coincidencia de nombres. Aunque también esa mujer fumara en
boquilla….
Miro el reloj. Aún
quedaba tiempo:
-
¿Entonces?
-
Entonces
Lucy, como la otra vez miro hacia ambos lado y bajo la voz y me conto estuve
toda la mañana con el pañuelo en el bolso esperando el momento de echárselo al
cuello. Cerca del medio día la encontré en la terraza. Se hallaba sentada muy
quieta de espaldas a mi mirando el mar.
La oportunidad perfecta
pensé.
Abrí el bolso, saque el
pañuelo y me acerque lentamente tratando de no hacer el más leve ruido desde
atrás veía su mano fina y bien curvada sosteniendo con elegancia la boquilla,
Las volutas de humo se perdían en el aire. Había recogido su cabellera dejando
al descubierto su hermoso cuello. Y en el instante en que iba a apoyar el
pañuelo sobre sus hombros, ella giro echándose hacia un costado su cuerpo
pareció ¡doblarse! Fue un movimiento tan rápido, tan increíble, que quede
paralizada.
El pañuelo había caído al
suelo sin haberla rosado si quiera ella se había puesto de pie y me clavaba la
vista con ojos muy abiertos.
-
¡Oh,
perdón! Yo pensé…. Que eso era suyo
-
Balbuce,
mientras que sentían que me temblaban las rodillas.
Ella no me contesto
inmediatamente sus ojos permanecían fijos en mi:
-
Se
equivocó usted. Eso no me pertenece dijo sin mirar el pañuelo que yacía en el
suelo y se retiró rápidamente hacia el interior del hotel.
Yo me quede ahí de pie
avergonzada aturdida… Lo que acababa de suceder era imposible ¿Cómo supo que yo
estaba detrás? ¿Cómo había realizado aquel movimiento yo jamás había visto algo
asi?
-
Que
extraño
-
Pero
lo más extraño vino después
-
¿Después?
-
Si
cuando fui a mi habitación a descansar. Aquel incidente que me había puesto
nerviosa y necesitaba estar un rato a solas. Al bajar del ascensor me sentí
desorientada era mi piso, pero me parecía estar ahí por primera vez. Y tenía la
sensación de que no estaba sola. Como
si alguien me hubiera seguido por los silenciosos pasillos de este hotel.
Sin embargo cuando me
daba vuelta no había nadie…. Finalmente llegue a mi habitación saque la llave
de la cartera y de pronto no sé de donde ni como pero esa mujer estaba ahí
detrás de mí.
-
Veo
que estamos en habitaciones continuas
-
Gire
y la mire no sé lo que me paso en ese momento pero todo mi malestar desapareció
de golpe:
-
¡Que
maravilloso! Como se me hubiese dado una excelente noticia y sentí un fuerte
deseo de estar con ella de conocerla de ser amigas tal vez.
-
La
miraba y aquella mujer me parecía el ser más hermoso y agradable que había
conocido en mucho tiempo me propuso tomar el té juntas. ¡Y yo acepte encantada!
-
Quería
contarle todo de mi de mi pasión por los vestidos mis ideas sobre la belleza la
importancia de verse bien ella solo me dejaba hablar asintiendo con una sonrisa
a cada cosa que yo le decía no se cuánto tiempo paso pero recuerdo que al
momento de despedirnos me dirigió una sonrisa muy similar y me dijo.
-
¿Sabe
señora Grey? Usted y yo vamos a ser muy buenas amigas
-
Es
difícil explicarlo pero en ese instante sentí que esas palabras eran manos.
Manos invisibles que me sujetaban para adueñarse de mí. Manos que no eran
humanas, y me iban a llevar a un lugar del que no podría escapar.
-
Qué
tontería no
-
No
me hagas caso cariño temo que estoy envejeciendo yo no entendía que tipo de
obsesión tenía mi amiga con la señorita Larden pero no me parecía saludable no
quería hablar más de aquella mujer y aproveche para cambiar el tema.
Le conté que debía tomar
una decisión dudaba si pintar amanecer en Dorcet o luna sobre Dorcet, porque la
noche anterior había conseguido una toma fantástica desde la terraza.
Trataba de distraerla
Lucy me escuchaba, pero su cabeza estaba en otro lado entonces intente con una
broma sobre un par de mujeres maquilladas como muñecas que circulaban por el
comedor.
Recuerdo que logre
hacerla reír y por momento parecía la misma Lucy Grey de siempre pero mi amiga
ya no era la misma.
-
Ya
estaba hechizada ¿Entiendes Ema? ¡Ahora lo sé! ¡Y a mí me está haciendo lo
mismo!
-
Ema
por favor madre no te ponga asi te aseguro que nada malo va a sucederte…
-
Emma
por favor hija sácame de aquí lo digo en serio no quiero terminar como mi
amiga.
Capítulo 8
Afuera llovía torrencialmente.
…. Y te quedarlas con nosotros
hasta que todo esto haya pasado. ¿Te parece bien así?
La angustiaba verla así,
aterrorizada por una historia de brujerías. Tenía que llamar hoy6 mismo a la
doctora Sering. La doctora de su madre y peguntarle que se hacía en estos casos
Pensó en Alice, su hija de nueve
años. De pronto le preocupaba que su madre, en ese estado, pudiese asustar a la
niña:
-
Lo único que te pido es que no hablemos de esto
en presencia de Alice.
-
¡Por supuesto que no ¡.!Como se te ocurre que
voy a asustar a la niña ¡¿Crees que soy estúpida?
Por lo vito su madre era capaz de
recordar su mal carácter. Al menos era un buen indicio.
-
Lo que pasa es que tú sigues sin creerme.
Ema decidió no responder.
-
¿Puedes terminar d contarme lo que sucedió con
tu amiga, la señora Lucy Grey.
-
¿En qué me había que dado?
-
Decías que se había sentido impresionada por la
Señorita Larden pero que después cuando esta le dijo que serían muy buenas
amigas comenzó a sentirse mal. Y tú piensas que con esas palabras ya la había
embrujado.
-
No tengo duda de que fue así.
Al día siguiente Lucy no baja a
desayunar pensé que decidió dormirse más de lo habitual y no le di mayor importancia.
Recién la vi en el bar del hotel,
cerca de medio días rostro estaba aún más demacrado que la tarde anterior y sus
pequeños ojos azules parecían sin brillo.
-
¡Lucy! No la veo muy bien ¡Comienza usted a
preocuparme!
-
He pasado una noche terrible. Recuerdas que te
conté de mi tía Edna? ¡La que nos hablaba de brujas de Metskula?
-
Si lo recuerdo.
-
Anoche soñé con ella …
Narrador:
conto todo el sueño.
-
¿Escuchaste eso?
Otra vez Emma
no escucho nada. Solo se escuchaban los truenos y el ímpetu de la lluvia descargándose sobre la
casa.
-
Solo la lluvia madre…
Ver a Lucy en ese estado me angustio
profundamente. Ésa mujer soberbia y segura de sí misma parecía un pajarito
muerto de miedo. Recuerdo que me miro con sus ojitos muy abiertos, y me
pregunto:
-
¿Qué me está pasando?
Yo no sabía que decirle. Solo
atine a contestarle:
-
¡Oh Lucy! ¿No serán tus nervios? ¿No serán sus
nervios que le han jugado una mala pasada? Tal vez toda esta historia de la
bruja la a sugestionado…
-
¡SI! ¡Eso es lo que me sucede!
-
Debería usted ver a un médico…
-
Si tienes razón .Pero a hora de necesitare
descansar…Me ciento fatigada creo que descansare el resto del día.
-
¡Claro! ¡Descanse y olvídese de todo! Esta noche
se sentirá usted mejor. Ya lo verá.
-
Sí tiene razón, cariño. Nos veremos en la cena.
-
Las brujas no existen, ¿Verdad, amiga?
Sentí una
súbita compasión por aquella mujer.
-
¡Por supuesto que no, Lucy querida! ¡Las brujas
no existen!
Antes de
separarnos me dedicó una sonrisa agradecida y se alejó por el corredor con el
paso lento, como si tuviera miedo de caerse.
Fue la última
vez que la vi.
Capítulo 9
-
¿No sientes un poco de frío aquí?
-
¿Quieres que encienda la chimenea?
-
No nos iremos enseguida
-
Decías que no volviste a ver a tu amiga después
de que ella te contó su extraño sueño.
-
Tenía la necesidad de hablar con alguien sobre
lo que le pasaba a mi amiga. Pero no sabía con quién. Tu tía no era la persona
indicada.
Iba a decirme
que Lucy debía consultar con un médico y punto. Pero yo quería entender…
¿Estaba enfermando? ¿Podía haber algo de cierto en aquella historia de la
bruja?
Esa noche
llegamos al comedor temprano. Lucy no había bajado aun: Mientras tomábamos una
copa con tu tía vi que al salón entraba la señorita Lauden. Se la veía más
radiante que nunca. Su presencia me atraía como un imán, pero todo el tiempo
evitaba mirarla, como si fuese la mismísima Medusa.
-
Llamaré a Lucy a su cuarto. Me sorprende que aún
no esté aquí…
Me dirigí al
teléfono que se hallaba en el vestíbulo y pedí hablar con la habitación de la
señora Grey.
Subí las
escaleras dos veces para ver si estaba en la primera toque la puerta y grite
-
Lucy son la señora Pinkerton estamos esperando
para que baje usted a cenar
Ella murmuro:
-
Oh… bajar a cenar…
-
Si, por supuesto… ¿Está usted bien? ¿Necesita
ayuda?
-
No
A la segunda
volví a preguntar Lucy
-
¿Pueden los vestidos bajar a cenar?
Regrese a la
mesa y le dije a tu tía
-
He notado a Lucy muy extraña al verla. Desde
ayer no se siente bien. Tal vez debería volver a subir a verla.
Durante la cena
tu tía me hablaba y yo parecía flotando. Tenía la sensación que algo ahí andaba
mal.
Con la última
cucharada del postre me levante y dije volveré a ver a Lucy
Cuándo llegue a
la puerta golpe con todas mis fuerzas:
-
¡Lucy, abra usted!
Volví a golpear.
-
¡Lucy! ¡Abra por favor!
Nadie contesto.
Estalle en
sollozos, y seguí golpeando la puerta sin parar.
Escuche pasos
que se acercaban. Era tu tía y la recepcionista del hotel, que me habían visto
salir corriendo.
-
¡No abre, No abre! ¡Estoy segura de que le ha
pasado algo!
La administradora
me miro alarmada, y golpeando la puerta una vez más. Al no obtener respuestas
miró por el ojo de la cerradura:
-
Tiene puesta la llave por dentro.
Entonces saco un
llavero y luego de un breve forcejeo con la cerradura abrió la puerta.
En el cuarto no
había nadie la consejera del hotel se adelantó presurosa para entrar a la sala
de baño. Reapareció negando con la cabeza en señal de que no estaba allí.
Las tres nos
miramos un instante, sin saber que pensar.
-
¿A dónde se ha metido esa mujer?
-
No entiendo cómo pudo salir de la habitación la
puerta ha sido cerrada por dentro…
-
Yo misma hable con ella hace unos momentos. La
señora Grey tenía planeado cenar con nosotras
-
Evidentemente ha cambiado de opinión debió salir
por aquí. Mmm… y por lo que veo no le debe haber resultado muy fácil.
-
¡Eso es estúpido! ¡A Lucy no se le ocurriría
salir por las ventanas!
-
¿Está segura? Pues me temo que hay ninguna otra
explicación
-
¡No puede ser! ¡Miren! Estaba preparándose para
cenar.
Capítulo 10
La buscaron por
todas partes. Pero no hallaron ni rastro de Lucy Grey.
La policía
interrogo a todos los que habíamos estado con ella en el hotel nadie la había
visto ni escuchado nada.
Al parecer, yo
era la última que había tenido contacto con Lucy antes de que desapareciera le
conto todo, por supuesto.
Capítulo 11
En la oscuridad de la sala se oyó un sonido sordo, como si
algo se hubiera derrumbado sobre la alfombra.
-¿Mamá?
-Estoy aquí…
-Vámonos. Llamaré al colegio de Alice para avisar que tal
vez me demore. Abrígate bien. Esto se está poniendo cada vez peor. No sé si
podré llegar a tiempo con esta tormenta.
-¡Tengo que preparar la ropa! Buscar a Picasso, ¡su comida!
¿Oh donde esta Picasso? ¿Por qué no habrá vuelto? ¡Picasso!
- ¡Nos tenemos que ir ya! Después volveré por Picasso.
- ¡No! ¡No dejaré a mi gordo hermoso aquí solo!
Ema miro a su madre. Estaba convencida de que iba a
desaparecer. Y ella ya no disponía de tiempo para hacerla entrar en razones.
Solo quedaba usar el sentido común, y el sentido común decía: nadie desaparece
en el aire.
-Como quieras. Yo tengo que irme ya mismo. Alice no puede
quedarse sola esperándome con este tiempo.
-¿Y qué hago yo, entonces?
-Te diré lo que vas a hacer. Vas a ir a tu dormitorio,
armarás tu bolso con la ropa de dormir y te abrigarás. Después prepararás un té
y me esperarás sentada aquí, en este sillón, con tu perro peludo. En unos
momentos estaré de regreso con Alice.
-Pero…
-Me gustaría que fueras razonable, madre, y entendieras que
es lo mejor que podemos hacer dadas las circunstancias. ¿No lo crees así? Serán
solo unos minutos….
-Lo entiendo perfectamente. Tienes que irte ahora. Prepararé
el bolso y estaremos listos cuando regreses.
Ema abrió la puerta. El viento helado y la lluvia golpearon su rostro. Y en
el instante en que salía, volvió a escuchar la voz de su madre:
-¡Hija, por favor, date prisa!
Capítulo 12
Ema salió de la casa atormentada por sus pensamientos.
Era evidente que algo malo estaba pasando en la cabeza de su
madre. ¿Había enfermado porque se sentía sola? ¿Acaso ella no la había cuidado
lo suficiente? ¿Había sido un mal hijo? ¡Oh, Dios…!
-¿Vienes de la casa de la abuela?
Ema estaba a punto de responder, cuando sonó su celular. Lo
tomó. Era su esposa.
-Hola, Paco.
-¿Ya estas con Alice?
-Sí, me demoré un poco, pero ya está con migo. Fue una tarde
complicada…
-¡Qué tormenta tan horrible…!
-Paco… tengo que decirte algo. Mi madre se quedará a dormir
en casa esta noche… tal vez esté con nosotros unos días.
-¿Cómo?
- Te lo explicaré más tarde. Necesito que prepares el cuart…
-No, querida. Explícamelo ahora.
Ema inspiró profundamente, miró a Alice a través del espejo
retrovisor, y le pidió:
-Hija, ¿me harías el favor de colocarte los audífonos?
Necesito hablar con tu madre un momento… en privado.
-No lo vas a creer. Mi madre piensa que ha sido hechizada y
que va a desaparecer.
-¿Qué?
- Lo que oyes. Hechizada. Según ella, la mujer que compró la
casa de al lado es una bruja a la que conoció hace 50 años. Dice que en aquella
ocasión hizo desaparecer a una mujer en un
hotel.
-¿La vecina? ¿Una bruja?
- Sí, la vio ayer en la vereda. Dice que al principio no lo
reconoció. Se presentaron, tomaron el té y en un momento le dijo que iban a ser
muy buenas amigas. Ahí fue cuando se dio cuenta de que era la bruja, la bruja
que hizo desaparecer a esa mujer.
-¡Vaya dicen que las brujas se reconocen entre ellas!
- No estoy para bromas Paco. Tendrías que verla, está
desesperada…
- Lo siento Ema, pero no
entiendo nada. ¿Por qué tu madre dice que va a desaparecer?
-Porque esa mujer del hotel le había dicho lo mismo, y con
eso la hechizó. Según ella, esta bruja hace desaparecer diciendo esas palabras.
- Pero Ema, mucha gente dice estas cosas…
-Es cierto, pero la endiablada casualidad es que la vecina
también se llama igual que la bruja, y también fuma con boquilla.
-Entonces ¿no podría ser la misma?
- Imposible. Yo la vi, me la crucé la semana pasada y es una
mujer joven, más joven que yo. N o puede ser la misma persona de hace 50 años.
-Creo que deberías hablar con su doctora.
-Está bien querida le hablaré ahora mismo. Nos vemos en
casa.
Ema cortó y buscó en la agenda el número de la doctora
Serling:
-¿Doctora Serling?
- Sí, ella habla.
-Soy Ema Pinkerton, la hija de su paciente, la señora
Pinkerton.
-¡Oh, sí! ¿Se encuentra ella bien?
- Me temo que no. Acabo de verla. Está muy alterada. Parece
obsesionada con una mujer, una vecina que conoció ayer.
-Ajá…
- Si ella afirma que… esa mujer es una bruja.
-¿Una bruja?
- Se imaginará mi sorpresa. ¡Mi madre nunca creyó en esas
cosas! Pero ahora dice que esa vecina la espía, que la escucha a travez de las
paredes…
- A través de las paredes… Mmm…
-Sí, y dice que se está preparando para atacarla. Que ayer
la amenazó.
- ¿La amenazó?
- Sí según ella la amenazó diciéndole que serían muy buenas
amigas.
-¡Mmm…!
-Afirma que la va hacer desaparecer.
-Oh…
-¿Qué es esto, doctora? ¿Ha notado usted algo raro en ella
la última vez que la vio?¿Por qué mi madre de la noche a la mañana dice estas
cosas?
-Qué extraño. Me sorprende usted con lo que me cuenta. Este
tipo de perturbaciones no aparece de un día para el otro.
-Estoy muy preocupada doctora.
-No se desespere. Mañana la veré en la consulta. Si es
necesario acudir a un especialista lo haremos.
-Esta bien doctora, pero… ¿desaparecer? ¡No es posible que
mi madre crea que va a desaparecer!
-¿Qué no es posible? Créame, Ema, en el reinado de la mente
todo es posible. Todo es posible en…
-¿Doctora Serling?
El celular estaba mudo, se había quedado sin señal.
Al llegar a la esquina, Ema doblo para tomar la avenida que la
conducía a la casa de la señora Pinkerton. Se encontró con una larga fila de
autos que esperaban para avnzar. Un embotellamiento.
-Oh no…
Capítulo 13
Ema marco el número de la casa de la señora Pinkerton. Llamó
una, dos tres, cuatro veces
Alguien atendió.
-Madre soy Ema.
-…
-¿Hola, me escuchas?
-…
¿Puedes oírme?
-…
-¡Madre habla por favor!
-Ema sácame de aquí.
Capítulo 14
-Llegamos.
-Esperame aquí, Alice.
-¿Puedo bajar?
-NO.
Tengo que ir al baño.
-Está bien pero abrígate.
Ema llamo a la puerta varias veces y nadie abrió.
Debe haberse quedado dormida mientras nos esperaba.
La buscaron bien por toda la casa y se dieron cuenta de que
la señora Pinkerton estaba en un cuadro.
-¡Ema sácame de aquí! ¡Te lo suplico Ema!
es todo el libro?
ResponderEliminarno es solo el resumen
Eliminargrace guerra claro que no es un resumen y muy malo :(
EliminarSi
Eliminarsi
Eliminarfalto el 15 D: :( T.T .....pero esta Bm
ResponderEliminarfalto el 15 D: :( T.T .....pero esta Bm
ResponderEliminaryo tengo el libro
ResponderEliminarLo podes mandar digital?
Eliminarme podrias enviar digital a mi tambien ?
Eliminarchica buenas noches tu me puedes enviar el texto La Señora Pinkerton ha desaparecido en forma digital, te agradezco quedo atento
EliminarMe lo presta porfa
EliminarHola a todos... Alguien me podra decir donde lo puedo comprar el libro... Aqui en lima Peru... muchas Gracias... ��
ResponderEliminarno se llamaba emma, se llamaba Edmund, y la esposa de edmund se llamaba patricia.
ResponderEliminaryo leí el cuento y estas en lo correcto
EliminarNo se pasen por q no dicen q es solo un fracmento
ResponderEliminarEsta página es una farsa por que primero que todo Yo tengo el libro en mis manos y el hijo de la señora pinkerton no se yama ema y para saber es un hombre y se llama edmund que farcedad de página buuuuu
ResponderEliminarEsta página es una farsa por que primero que todo Yo tengo el libro en mis manos y el hijo de la señora pinkerton no se yama ema y para saber es un hombre y se llama edmund que farcedad de página buuuuu
ResponderEliminarSi es verde farsa marica
Eliminarpagina
Antes de criticar por un cuento que escribió una persona que obviamente se puede equivocar, mejor cómprate un diccionario porque tenes errores ortográficos
Eliminarmi tia lo tiene y eso no esta completo que boleta
ResponderEliminarNo sé q pensar
Eliminarsi es cierto
ResponderEliminarMmmm.m
EliminarEDMUND SE LLAMA EL PROTAGONISTA DEL LIBRO, NO ES EMMA. Saludos
ResponderEliminarEDMUND SE LLAMA EL PROTAGONISTA DEL LIBRO, NO ES EMMA. Saludos
ResponderEliminarVRGA ME FALTA EL 15
ResponderEliminarAlguien tiene el libro en pdf ? me lo podra enviar ?
ResponderEliminarcierto se llama edmund no emma tontos
ResponderEliminarMe ayudan a contestar las preguntas
ResponderEliminarQue pasó con el plan de la señora grey
Eliminardesaparecio ahre
ResponderEliminarSapa
ResponderEliminarMUY lindo libro para leer un niño
ResponderEliminarAyyyyyyyy yo no puedo creerrrr yyyyyyy yuju yuuyuuu o siiii estoy felizasa yyy ujjuuuu pasa de arene de clas royaleee pero como termine aca
ResponderEliminarhola buenos dias yo lo necesito conseguir en digital por que mi hermana no ve y tengo que agrandare la letra me lo pasarían?? lo agradecería mucho
ResponderEliminarAlguien me puede pasar el libro en digital porfavor gracias
ResponderEliminarHola a mí me encantó el libro pero necesito la cronología
ResponderEliminarYo no brujo
ResponderEliminar🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
que hais
ResponderEliminarEs un hijo y se llama Edmund 😑
ResponderEliminarALGUIEN ME PUEDE PASAR EL LIBRO EN PDF, POR FAVOR, GRACIAS
ResponderEliminarpuede tener sus errores pero ayuda mucho
ResponderEliminarMe pueden ayudar con unas preguntas
ResponderEliminarhola buenas noches si alguien lo tiene en PDF me lo podria compartir estoy haciendo una tarea y he dejado el libro en otra ciudad no ire hasta despues del verano porfa... sean buenos saludos a todos!!
ResponderEliminarlo tiene alguien?? me lo comparten? gracias!!
ResponderEliminarNO LO TENGO
EliminarPor favor como lo consigo en PDF???
ResponderEliminarme mandan por email
ResponderEliminarHOla como consigo el pdf del libro?
ResponderEliminarquien es el narrador del cap 10?
ResponderEliminarputa
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